Disciplina o caricias: ¿ Cómo criar ?: Disciplina puede ser requerida para criar, pero también las caricias

Disciplina puede ser requerida para criar, pero también las caricias.

Tengo que confesar que hasta hace poco me sorprendía el método de crianza que mi generación (la nacida entre el 1960 y el 1980) utilizó para criar a la siguiente generación. Algunos tuvimos que ver con los milénicos (los que nacieron hasta el 2000) y otros están criando a los “copos de nieve” (los dueños del nuevo siglo).

Haber vivido en 4 países diferentes y criar a mis hijos entre todas esas culturas fue muy enriquecedor. Tenía que ver a mis hijos interactuar con niños con crianzas tan diferentes que decidí prepararlos más para adaptarse que para imponerse.

Un factor común de los de mi generación fue el de haber sido criados por padres que vivieron épocas difíciles y autoritarias. Dictaduras, guerras y escaseces eran normales en aquella época. Al ellos criar, los niños revolucionarios traían peligros a la familia y por eso la disciplina era una prioridad. Morir o ser encarcelado por pensar diferente estaba a la orden del día. Casi ningún padre quería pasar por esa situación.

La disciplina se logra en parte construyendo miedos. Nos confundimos en muchas ocasiones… podríamos lograr una buena disciplina con la motivación de los logros. Y la confusión viene porque hay tareas que no nos motivan, preferimos dejarlas.

Mi generación aprendió en gran parte a tener miedos. Llegó el momento de criar y algunos tomamos por el lado de impregnar miedos y otros decidimos tener miedo… sí, a los hijos. Aunque veo algunos de esos que le tienen miedo a los hijos cómo imparten terror en sus trabajos; una gran paradoja.

Al tener miedo nos ponemos un guante de seda y comenzamos a repartir caricias. Los de nuestro alrededor se sienten bien, muchas veces con poder, y las cosas salen de otra manera, tema que trato por extenso en mi libro Migomismo II.

¿Son mejores las caricias que la disciplina? Responder esa pregunta con una única respuesta sería como decir que el mejor liderazgo es uno u otro. Mi consideración siempre es que debemos saber ser todo tipo de líder y ejercer cada uno dependiendo de la persona y la situación.

Un hijo, varón, casi nunca tendrá motivación de arreglar su habitación o ayudar en los quehaceres de la casa. En esa circunstancia funciona la disciplina. Si quiero una buena comunicación con él, necesitaré aplicar caricias. Nada es malo ni es bueno, los resultados son los que cuentan.

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