¿HACER LO QUE AMO O AMAR LO QUE HAGO?

Muchas veces nos preguntamos si existe el trabajo perfecto. Vemos alrededor y nos damos cuenta que casi todos quisieran tener otra actividad en la vida con la que pudieran ganar más dinero y le resultara más divertida. Al parecer casi nadie tiene el trabajo que amaría tener.

Podemos identificar contadas personas que disfrutan lo que hacen, que irradian energía al realizar su trabajo, que contagian cuando hablan de su oficio. Esas personas aman lo que hacen, definitivamente que encontraron el trabajo que aman.

¿Es el trabajo o es la persona? Puedo observar que el mismo trabajo que hacen esos pocos que aman lo que hacen no es de tanto agrado para otras personas. ¿Tiene que darse una química especial entre el trabajo y la persona? ¿O quizá no todo trabajo es para toda persona?

Cuando las personas me preguntan que si existe el trabajo perfecto, les pregunto que cuál sería su trabajo perfecto. O no me pueden responder o simplemente se imaginan algo que no han analizado bien. Cuando detallamos ese sueño de trabajo que quisieran tener, nos damos cuenta que no es tan perfecto como pareciera.

Entonces viene la siguiente pregunta: ¿Has tenido alguna vez un trabajo que hayas disfrutado mientras lo hacías? Casi nunca ha sido el caso. Cada trabajo pasado ha sido valorado cuando el próximo aparenta ser peor. Hay casos de personas que amaban lo que hacían y les cambian las reglas de juego, eso los hace infelices. Pero esos son pocos, la gran mayoría pelea por las reglas de juego que ahora tiene y cuando tenía otras también las peleaba.

Cuando le pregunto a las personas que aman lo que hacen si han tenido algún mal trabajo, la respuesta casi siempre es: “Nunca”. Ellos han tenido la “suerte” de siempre tener trabajos que han amado.

No quiero que confundamos amar el trabajo con amar la paga. No siempre se recibe lo que uno quisiera gastar, por no decir que casi nunca. Pero eso no debe hacer que ame o no lo que haga, porque siempre se puede querer más. Si nos damos cuenta, los que ganan menos que nosotros adorarían recibir lo que nosotros ingresamos, pero los que ganan más desean lo que reciben otros.

Conseguir un trabajo que yo ame es en la mayoría de los casos una cuestión de actitud. No todo será perfecto en un oficio: o la paga, o los clientes, o el jefe, o lo que ofrecemos, o el tiempo que dedicamos, o las energías que nos cueste, etc. Nunca será perfecto, pero podemos dedicarnos a odiar lo que decidimos hacer (porque nadie nos obliga) o dedicarnos a ver cada día como una oportunidad de ser felices, como un presente que nos damos, como una parte del camino a recorrer… camino que podemos llamar, felicidad.

Más sobre este tema en mis libros:
-Mi Binomio
-¡Alcanza la Cumbre!

FRASE DE LA SEMANA
“Hacer lo que amo no depende de lo que hago; sino de lo que decido amar”.
Diego A. Sosa
Coach, Consultor, escritor y Conferencista

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