NO CAMBIES EL MÓVIL; CAMBIA EL SUPUESTO AMIGO

¿Y esos teléfonos aún los hacen? ¿Cómo puedes andar con esa basura? ¿No te da vergüenza tener ese móvil? Mira a ese el móvil que tiene, se ve que no le va bien.

Estas expresiones se escuchan a diario en nuestra sociedad. Tener un móvil fue una vez un símbolo de estatus. Pero hace mucho que ya eso es algo común. Hay personas que tienen varios. Ahora lo importante es el móvil que poseo. Soy medido por el costo del aparato, eso me hace grande o un simple mortal infeliz.

Hace unos meses fui a comprar un móvil y una joven, que por su vestimenta se veía de escasos recursos, me miró con desidia y me preguntó que si aún esos teléfonos existían. Una sonrisa afloró en mi cara y ella no pudo entenderme. Ella sacó su teléfono de última generación y me lo encaró con orgullo. Mientras le pedía al dependiente una tarjeta de llamada de RD$ 30, equivalente a unos 85 centavos de dólar. Mientras su teléfono costaba unos 300 dólares. Me volví a sonreír. Quizá a ella la reconocen en su entorno como la chica del Iphone, como a otros los llaman el joven del convertible, o la de la cartera DG.

Nuestros amigos se ríen de nuestros atuendos, de nuestros teléfonos móviles, de nuestros vehículos… en fin, de lo que poseemos como adorno. Nosotros no queremos que se rían y vamos a tomar un préstamo para ponernos a la moda y poder reírnos de los que han quedado atrás. Nuestra autoestima sube y somos felices. ¿Lo somos en realidad?

Veo muchos árboles frondoso, llenos de flores y ramas, pero que con la primera brisa de verano se van al suelo. Si me preguntan por qué, le diría que porque tienen muchos adornos, pero sus raíces y su tronco son muy débiles. Viven de lo que aparentan y no de lo que son. Se preocupan en crecer y no en fortalecerse. Y si lo digo de otra manera, se preocupan de que los otros los vean crecidos y no se ocupan de ser verdaderamente fuertes.

La joven que se burló de mi nuevo método de comunicación, tiene un mejor móvil que yo –se lo aseguro, nunca tendré uno de los que ella posee–. Pero les puedo aseverar que ella no me puede hacer sentir mal con su comentario, menos con la mirada de asco que le provocó mi adquisición. Ni quitarme mi sonrisa, ni la felicidad que me da sentir que su burla no surtió efecto, como nadie que intente criticarme me borrará mi felicidad. Harán que una sonrisa aflore en mi rostro… simplemente porque a lo interno estoy seguro que no dependo de lo material para sentir felicidad. Sé que los que se burlan de mí no me hacen favores, no son mis amigos integrales, viven en un mundo en el que su felicidad depende de lo externo. Un mundo que requiere de cosas materiales y la adulación de otros, para lograr felicidad.

Cuando compro un bien, trato de conseguir lo que cubra mis necesidades. En ocasiones nos confundimos, y tratamos de comprar lo que cubre las necesidades de ego, y por eso terminamos pagando el precio. El ego es tan bello cuando se basa en los logros internos.

Créame, una casa grande, una vestimenta de última, un móvil de reciente generación, un vehículo costoso… Nada de eso hará que no lo critiquen, nada de eso trae los buenos amigos. Si sus amigos le quieren hacer vivir una vida que es basada en el móvil que usted carga; no cambie de móvil, cambie de amigos.

FRASE DE LA SEMANA
“Si sólo dependo de lo que dicen los demás; entonces no tengo el control de mi felicidad.”
Diego A. Sosa
Consultor, Coach, Escritor y Conferencista

Esta publiación tiene un comentario

  1. Muy interesante articulo. Muchas de las ocaciones cedemos a las presiones de la "sociedad" o de los "amigos" para no sentirnos mal por ser differentes. Aunque muchas veces lo hacemos solo para lograr una satisfaccion material externa y no una satisfaccion espiritual interna.
    La felicidad no depende de las cosas externas sino de lo que pasa en nuestro interior. Gracias por compartir tu articulo.

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