Considero un gasto no necesario, por ejemplo, la compra de un caballo de paso fino sólo para disfrute. Puntualizo, no lo llamo innecesario sino no necesario. Los gastos superfluos deben estar bien sustentados con un ahorro constante. El momento de comprar un caballo debe ser bien pensado para no entrar en un círculo vicioso.
Comprar lujos con dinero que no nos pertenece, o dinero que nos será de vital importancia más adelante, es lo que llamaría un gasto innecesario. Son gastos que debemos evitar a como dé lugar porque las consecuencias serán terribles… tarde o temprano.
Muchas personas piensan que sus problemas financieros iniciaron con la compra del lujo… la realidad es que la compra fue producto de algo mucho más profundo. Comprar un caballo de paso fino para el placer es una consecuencia, no una causa. Si no encontramos la razón que nos mueve a comprar caballos a destiempo, posiblemente volvamos a cometer el mismo error.
Los grandes y pequeños egresos en cosas que no necesitamos pueden darse por varias razones:
Mostrar estatus: Como en nuestra sociedad el humano es medido por el éxito financiero que tiene, el estatus parecería determinar nuestro logro. El dinero tiene un problema muy serio, se mueve con facilidad y nos lo ofrecen en cada esquina (mientras crean que podemos devolverlo). La consecuencia de mostrar un estatus que no tenemos es que al final caemos en lo que mi amiga Edith me definió como el “estatus pelatus”: Comprar cosas que no necesitamos, con dinero que no nos pertenece, para exhibir a personas que no nos agradan.
Ser felices: Solemos creer que la felicidad la otorgan algunas adquisiciones materiales o servicios obtenidos. Lamentablemente, una vez logrado el bien, comenzamos a buscar saciar nuestra necesidad con un objeto de mayor precio. Debemos revisar con cautela lo que en realidad nos hace felices y es lo que debemos tratar de tener.
Disfrutar por adelantado: Con las posibilidades de utilizar el dinero de los demás, se abrió una ventana a la creatividad para no esperar a ganarnos el dinero y disfrutar con premura. Podemos comprar bienes antes de ganarnos el dinero. Disfrutar la vida ahora con fondos prestados trae consecuencias; es dinero hay que devolver y pagar por haber disfrutado. Muchas veces suele salir demasiado cara la impaciencia de esperar ganarse el dinero o la indisciplina para ahorrar y luego disfrutar.
Baja autoestima: En ocasiones, queremos hacer lo que los otros hacen o lo que supuestamente la sociedad nos insta. Le aseguro que las exigencias son tan enormes que nunca logrará cubrirlas. Cuando pase de un estado social a otro verá cómo el dinero nunca alcanzará para hacer lo que se puede lograr. Existen todo tipo de productos y servicios creados para que nunca se satisfagan las necesidades de grandeza inducidas en algunos seres humanos.
En mi libro Arco Iris Financiero explico mi comparación de un gasto de lujo con un caballo de paso fino utilizado para el disfrute. Además, todo lo referente al autoestima y a las formas de ahorrar e invertir para comprar los caballos en el tiempo correcto. No digo que no se dé lujos, lo que recomiendo es que sean en su justo momento.
FRASE DE LA SEMANA
“La felicidad no se logra con cosas que se obtienen, sino con las que se tienen.”
Diego A. Sosa
Coach, Consultor, Conferencista y Escritor