EL “ABUELEO”


Hay abuelos que toman el rol de padres; lo difícil es cuando ellos quieren “abuelear” y terminan confundiendo los roles.

Los abuelos son consentidores, tienen la función de válvula de escape y no necesitan ser la parte fuerte en la crianza de los nietos. Me refiero a los nietos que viven con sus padres y que son criados bajo las reglas de éstos.

Hacerle regalos a los nietos está permitido; ¿pero qué pasa cuándo los padres le prohíben cosas a los hijos y los abuelos se las permiten y los incentivan? Inicia el conflicto de la crianza y el dilema en la cría.

Los padres nos equivocamos, mucho para ser sinceros. La verdad es que nuestros padres también se equivocaron, y tampoco fue poco. Pero los abuelos no pueden corregir a sus hijos haciendo lo que ellos creen que es correcto… pueden conseguir lo mejor conversando con ellos para servirles de orientadores, de asesores podríamos decir. Pero la decisión de la crianza está en los padres de los niños; repito, si viven con ellos.

Con los matrimonios que se separan está ocurriendo algo muy interesante, en ocasiones el abuelo materno quiere tomar el rol de padre. Esto es genial, si lo hace como figura masculina paterna… lo malo es que muchos lo hacen como abuelo. Me refiero a que no abandona el “abueleo” y se ofrece como padre. Consciente a la criatura, le da pena que su padre no esté con él y le da muchas cosas materiales, cambia la doctrina que la madre tiene en la casa y todo esto trae un dilema en la crianza de la criatura. La mayoría de las veces el padre no ha desaparecido, sólo que no está en la casa, él tiene sus reglas y no ha dejado de ser el padre con todos sus derechos. El abuelo no ha pasado a ser padre, no sustituye al padre, tenemos que tener mucho cuidado con esta superposición de roles.

Los abuelos que quieren tomar el rol de padre, tienen que ver cómo lo hicieron con sus hijos y cómo lo harían si fueran hijos suyos. Pero no pueden estar imponiendo reglas de abuelos para la crianza de padres.

Existe el caso de los nietos que van a vivir con los abuelos, por muchas circunstancias, los abuelos tienen un dilema: Soy padre o puedo “abuelear”. Creo que la conclusión es lógica y no tengo que decir aquí cuál es la función de los abuelos–padres, cuál es el mejor legado que le pueden dejar a sus nietos.
Antiguamente esto era muy común, veíamos que las madres le dejaban la crianza de sus hijos a los abuelos, que se convertían en padres, con mucha madurez y con basta experiencia.

Aquellos que fueron padres tienen una experiencia que puede ayudar a los que hoy lo somos, no la desperdiciemos. Los tiempos son otros, no todo funciona, pero si se puede sacar mucho. Lo malo es que la comunicación entre padres e hijos no siempre es la más eficiente. Unos quieren imponer y los otros son rebeldes.
¿Entonces? Mi sugerencia es que tratemos de aprender de los que fueron padres y con sus experiencias y su ojo crítico consigamos ver errores que cometemos y que podemos corregir. Con sus consejos podemos ayudar a nuestros hijos.

Con comunicación asertiva podemos hacer que nuestros padres no tomen la crianza de nuestros hijos en sus manos, permitámosle “abuelear”, que se diviertan con sus nietos, pero que no sean encargados de la crianza. Ellos son una excelente ayuda, no la desperdiciemos.

La separación de roles es primordial, y ella se logrará sólo con comunicación, hablando de las cosas, cada uno en su puesto. Uso serán asesores y los otros los responsables de tomar las decisiones e imponer su sistema de crianza.

Los que son abuelos pueden ayudar a sus hijos a ser mejores padres, pero no con imposición, sino como asesores. Piense qué pensaba usted de sus padres o de sus suegros… cada uno es importante en el desarrollo de los niños, cada uno desde el asiento que le toca ocupar.

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