Los empáticos y la empatía

Los empáticos tienen características especiales que causan empatía. Saberlo es importante para lograr mejores relaciones…

Hace unos días me preguntaba un participante en un seminario de inteligencia emocional la razón por la que él se pone triste cuando a su alrededor llega la tristeza. “¿También te contagian la felicidad tus amigos y familiares?” Le pregunté con suspicacia.

Su respuesta positiva no se hizo esperar con una sonrisa asombrada. “Es que eres empático” –le acoté.

Los que se desbordan de empatía tienen una virtud que también les lleva por un camino no muy bonito. El problema es que se interiorizan tan fácil en los sentimientos de los demás que con facilidad caen también en las tristezas ajenas.

Tenemos unas neuronas que les llamaron las neuronas espejos o especulares. Descubiertas medio de casualidad por el Dr. Giacomo Rizzolatti haciendo unos experimentos con el comportamiento de primates. Luego se encontró que los humanos también las tenemos… en general muchos animales.

Los que más las desarrollan tienen varias características que les hacen más empáticos:

Sensibilidad: Se identifican con las emociones de los demás. Deben cuidarse de las no productivas porque fácilmente entran en un círculo vicioso y no pueden ayudar a otros, aunque los hacen sentir muy bien por estar entendiéndolos.

Dan demasiado: Sienten una necesidad de ayudar a los demás. Muchas veces sin poner mucha atención a sus propias necesidades. Tienen miedo de ser egoístas desde que se desconectan un poco de los problemas de los demás y hasta cuando se interiorizan con los de ellos… ni siquiera los quieren compartir.

Hábiles para detectar las mentiras: No así las de los narcisistas, sicópatas y sociópatas. Estos tres se caracterizan por no tener empatía. Aunque el empático los rechaza ellos se aprovechan de su sensibilidad y los tienden a engañar con sus técnicas manipuladoras.

Son instintivos: Los que se llevan de su intuición tienden a ser más asertivos. Por su naturaleza sensible suelen ver menos esta posibilidad y ponen por encima lo que consideran más importante.

Aman profundamente: Con el inconveniente de que se centran en hacer que el otro esté bien sin fijarse mucho en sus prioridades en la relación. Muchas veces sienten decepciones por creer que lo que hacían era por amor y no tuvieron la respuesta adecuada.

Ser empático es muy bueno, pero como todo lo que se va a extremos lleva a peligros. Es importante no dejarse manipular, poner claros sus objetivos y perseguirlos.

POR: Diego A. Sosa

Más sobre la Inteligencia Interpersonal en el libro: Migomismo II

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