Filtros de comunicación: No todo lo que se dice llega: de la manera que queremos

Los filtros de la comunicación son usados todo el tiempo, es imprescindible entenderlos para hacer llegar nuestro mensaje lo mejor posible.
El cerebro humano es muy complejo, los mensajes que recibe los decodifica de inmediato y los traduce. Dependiendo de los filtros que cada uno porte puede llevarlo de un descubrimiento de una verdad oculta hasta una aceptación de un mensaje demasiado bien codificado. Cuando dominamos la retórica y conocemos nuestros filtros, conseguiremos convencer a los demás y tomar decisiones propias sobre las informaciones que nos presentan los demás.
Algunos filtros son:

Experiencias:

No es lo mismo escuchar de una acción por primera vez que haberla vivido. Hace unos días una señora denunció que le vendieron un lingote de oro falso. Podemos estar seguros de que ni a esa señora ni a nadie de su familia le podrán vender oro nuevamente… quizá puede ser verdadero, pero la experiencia vivida no le dejará aceptar las mejores de las argumentaciones.

Conocimientos:

El que sabe lo que cuesta un lingote de oro y lo difícil que es hacerse o vender uno, seguro que no aceptará argumentos de los pillos mencionados anteriormente. De la misma forma, cualquier materia que dominemos nos dará municiones para rebatir en una discusión al respecto. Hoy tenemos muchos especialistas de internet que lo saben todo, lo que también impide que se hagan diálogos que aporten ya que cada uno tiene su convencimiento, aunque muchas veces las fuentes no son las más profesionales, contienen errores, o son versiones… cuando no es que se han malinterpretado.

Momento emocional:

Una persona pasando por un momento de tristeza no es lo mismo en una conversación que una que está perdidamente enamorada. Una tiene hormonas depresivas corriendo por su sistema y la otra está dominada por las de la felicidad. La tristeza no deja que los argumentos lleguen, mientras el otro lo acepta todo.

Capacidad de discernimiento:

Las personas que utilizan el raciocinio por encima de las emociones le dan más peso a los factos que a los argumentos. Toman las informaciones y le quitan todo lo que pueda hacer ruido. Tratar de convencerlas con argumentos y repeticiones las lleva a desconfiar de lo que se las intenta convencer.

Autoridad:

Cuando alguien es presentado como un experto en un área y sus palabras nos convencen de que lo puede ser, le entregamos la autoridad y le creemos con más facilidad. Sus argumentos son recibidos con menos obstáculos y no serán filtrados con rigurosidad.
Para vencer cada tipo de filtros de comunicación debemos utilizar diferentes técnicas de retórica. En mi libro; Ventas-Negociación, Retórica-Oratoria y Lenguaje del Cuerpo encuentra mi método por extenso del uso del convencimiento a través de la palabra hablada y escrita. Debemos conseguir con cada interlocutor que sus filtros trabajen a nuestro favor.
FRASE DE LA SEMANA
“Para convencer a otro, antes de argumentar tengo que conocer mucho de él”
Coach, Escritor, Consultor y Conferencista

 

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