Es un comportamiento apegado a valores que no se doblan. Si considero que es una obligación, pensaría que hago algo contra mi voluntad para conseguir ser leal. Si creo en ser fiel a mí, a mis valores, a mi familia, a mi trabajo, a mi país… entonces lo tomo como un comportamiento natural y soy feliz de ser leal.
La matanza de Josephus en medio de la segunda guerra mundial ha sido caso de estudio precisamente por la lealtad ciega. Un batallón de reservistas alemanes fue llevado a Josephus en la frontera de Polonia. Más de 500 jóvenes menores de 20 años tendrían que ejecutar a las mujeres y los niños del pueblo, simplemente por ser judíos. Los hombres serían hechos prisioneros por otro batallón.
Era algo lamentablemente común durante el holocausto, la única diferencia en este caso fue que el jefe del batallón 101 les dio la oportunidad a los reservistas de decidir si participaban en la matanza o no. Les prometió que no les pasaría nada a los que desistieran de ese horrendo acto.
Sólo uno dijo de inmediato que él no tomaría parte. Al ver que no le pasó nada, tres compañeros más se le unieron. ¿Por qué no se integraron al grupo más personas? Hay muchos análisis y estudios, todos descartan la posibilidad de un gen asesino en esas personas, pero coinciden en que gran parte del problema del comportamiento lo hace la lealtad ciega a los superiores malintencionados.
Es importante ser leales, pero encontremos primero a qué somos leales. Inmediatamente será muy fácil aplicar la lealtad. Si nuestros valores están alineados con los de la sociedad, la familia y la empresa, entonces le damos continuidad al compromiso asumido, no importando las dificultades externas que podamos encontrar en el camino.
Faltar a la lealtad es quebrar uno de los principales valores sociales. La lealtad es una obligación de fidelidad que un sujeto o ciudadano le debe a su estado, gobernantes, empresa, familia, comunidad o a sí mismo. Las personas leales a los demás son valoradas y seguidas. Un gran líder debe ser leal a lo que representa. Un individuo que se compromete es considerado de fiar.
En mi libro ¡Alcanza la Cumbre! desarrollo el tema de los valores y la importancia de tener una filosofía de vida para alcanzar el éxito, sin necesidad de dañar a nadie ni dañarse uno. Estamos viviendo tiempos que la lealtad es tentada a ser abandonada. El dinero puede comprar deslealtad. Hay personas que miran más lo que pueden adquirir o recibir a cambio de una deslealtad, que lo que pueden perder por no ser leales. Lo primero que se pierde y nunca más se recupera es un valor invaluable… la honra. Cuando no somos leales nos deshonramos a nosotros mismos, a nuestros padres y a nuestros hijos. No tenemos que ser descubiertos, simplemente nosotros sabremos el resto de nuestras vidas que no somos de fiar… posiblemente paguemos caro; quizá nunca más nos fiaremos de nadie.