La gente que está en un estado terminal se arrepiente de muchas cosas. Lo más interesante es que el común denominador no es lamentarse de errores cometidos, sino de cosas no realizadas. Esta semana el quinto y último artículo de la serie basada en el libro de Bronnie Ware, enfermera australiana que reunió sus experiencias al trabajar con enfermos terminales. Si le falta alguno, están todos en mi página.
La gente que llega al final de su vida se analiza y casi siempre encuentran que no supieron ser felices. ¿Por qué? Vemos tanta gente logrando tanto de lo que se propone en la vida, pero no se sienten felices.
¿Cuánto tiempo dura la felicidad de un nuevo auto? Por poner un ejemplo. Por lo regular no es tanto lo que dura. Igual que una nueva casa, un nuevo trabajo, un aumento de sueldo, un título universitario, un certificado de una maestría, etc.
Uno de los problemas nos lo puso claro Abraham Maslow cuando nos dio su pirámide de las necesidades. Él nos dice que el humano va cubriendo necesidades según prioridades, así construyó su famosa pirámide. En la punta colocó unas necesidades que no son de déficit, o sea, el humano no se sentirá nunca satisfechas porque siempre podrá alcanzar más. Son las necesidades de autorrealización.
Sentir deseo de tener éxito no se sacia cuando alcanzamos un éxito. Siempre habrá personas con más éxito y siempre habrá algo más por lo que luchar y sentirse exitoso. Es ahí donde veo una de las grandes dificultades para entender lo que es la felicidad.
La felicidad no es tener nuestra pirámide de necesidades completa, porque nunca la tendremos. Felicidad no es lograr algo, porque nos hará infelices no lograrlo y lograrlo no nos hará felices por siempre. Felicidad no es querer algo, porque sólo seremos felices si lo obtenemos y sólo será un paso para caer en la nueva búsqueda de la supuesta felicidad.
La realidad es que la felicidad es una opción mental, es una filosofía de vida, es una disposición que cada cual puede adoptar según el libre albedrío que dispone.
Conocemos gente que es feliz y no tiene dinero, así como otros que son felices y lo tienen. Pero conocemos también ricos infelices… aunque me dirán que son infelices pero viven bien. Yo le diré que al final de sus vidas analizan si hubiesen cambiado algo y ellos le dirán que sí, que serían felices. Muchos necesitan estupefacientes para sentirse supuestamente bien, otros terminan con su vida rápidamente… y creíamos que tenían todo para ser felices.
- Felicidad no es gastar todo el dinero que recibo, como tampoco es guardarlo todo. Felicidad es una elección que uno hace en la vida.
- Felicidad no es tener que hacer algo, es quererlo hacer y disfrutarlo.
- Felicidad es no andar rabiando por pequeñas cosas. Y si rabiamos por algo, felicidad es sacarnos rápido esa rabia.
- Felicidad es estar siempre contentos con el vehículo que tenemos… siempre podríamos tener uno mejor, pero siempre podríamos no tenerlo.
- Felicidad es disfrutar a los seres queridos mientras los tenemos. Los más maduros un día se van, los hijos un día se independizan, los amigos un día se mudan o cambian de círculo social.
- Felicidad es no querer de los demás que sean como uno quiere que sean, sino amarlos a pesar de cómo son.
- Felicidad es ver el trabajo como una bendición, y no como todo lo contrario.
- Felicidad es poder respirar cada día, no quejarse de lo poco que nos puede faltar de salud.
- Felicidad es no sentirse mal por lo que no he podido lograr, sino disfrutar todo lo que tengo.
- Felicidad es tener salud emocional, hacer lo que uno prefiere sin hacerle daño a nadie. No hacer lo que otros quieren, sólo por hacerlos felices a ellos.
- Felicidad en vivir cada día como si le tuviésemos que dar gracias a alguien por habérnoslo regalado. No pensar que es nuestro último día para disfrutarlo, sino el primero de una nueva vida.
- Felicidad es no quejarse tanto… y vivir más.
– Mi Binomio