¿DA FELICIDAD GANAR MÁS?

Estamos de acuerdo que ganar menos quita felicidad. Está demostrado también que cada año los ingresos generales aumentan, por lo que la gran mayoría de las personas gana cada año más. Estudios demuestran también que cada año las personas son menos felices… ¿Incongruencia?
Parecería… si ganar más nos hace felices, y cada año ganamos más, no deberíamos ser menos felices. Los estudios han traído luz en la comparación de la felicidad con relación al dinero. Todos trabajamos por dinero y claro que lo que adquirimos con él debe causarnos emociones positivas y convertirse en felicidad.
Cuando se hacen las encuestas de felicidad se encuentra que los índices bajan sin explicación aparente. La neurociencia nos ha traído muchas nuevas informaciones y yo las utilizo para muchos de mis análisis. En mi libro Migomismo – Su Inteligencia Emocional Interna explico muchos de estos experimentos y la utilidad para cada uno de nosotros.
Uno de los descubrimientos más interesantes es el centro de las recompensas. Un sistema en nuestro cerebro que se activa cuando sentimos algo como un premio. Por ejemplo, comprar un nuevo vehículo lujoso para un hombre es un motivo de gran alegría, demuestra éxito en su vida, sube su estatus y le otorga reconocimiento de los demás, o por lo menos, crea envidia en su competencia… razón también para estar feliz en nuestra sociedad competitiva. Para una mujer casada con hijos, la compra de un vehículo lujoso le trae otras emociones que no detallaré en este escrito para no desviarnos del tema principal.
Si el hombre compró ese vehículo que le da estatus y reconocimiento: ¿Por qué después de poco tiempo ya no está feliz? Las endorfinas son hormonas que nuestro cerebro pone a circular y nos hacen sentir en estado de euforia y felicidad. Una vez logrado el efecto las cosas vuelven a la normalidad. Lo que demostraba éxito pasa a ser normal para nosotros y comenzamos a compararnos con el que no hemos superado… o sea, la competencia es contra otros, los que tienen más (o muestran más).
Lo que estoy viendo en la sociedad es que no estamos siendo felices por lo que ganamos o logramos, sino por lo que ganan o logran con los que nos comparamos. Alcanzar la felicidad comienza a ser complejo porque siempre habrá gente que posea más que nosotros. Subir un escalón sólo nos indica que tenemos menos a vencer, pero esos ya no nos importan, sólo son prioridad los que están en la escala superior.
¿Cuál es la causa del problema? Desde pequeños vivimos siendo comparados y eso es difícil de cambiar cuando crecemos. Compararnos con otros nos lleva a competir y competir es la mejor manera de disolver una sociedad. Nos hacemos cada día más individualistas y creemos que colaborando con dinero conseguimos menos desigualdad. Pero en nuestros adentros estamos programados para ser los mejores, no para ser mejores.
La realidad es que la felicidad no la da el dinero sino lo que nos hace correr endorfinas por nuestro sistema circulatorio. Estas hormonas no circulan sólo cuando tenemos más dinero, sino en muchas ocasiones que no tienen que ver con él.
Hoy muchos quisieran tener más tiempo, eso los haría felices… pero tienen cada vez menos porque tienen que ganar dinero para ser felices. Haga una lista de las cosas que lo hacen feliz. Luego trate de conseguir esos momentos y disfrútelos… le aseguro que será mucho mejor que un aumento de salario.
FRASE DE LA SEMANA
“La felicidad que depende de compararme con otros no dura mucho tiempo.”
Diego A. Sosa
Coach, Consultor, Conferencista y Escritor

Esta publiación tiene un comentario

  1. Muy cierto, creo que la sociedad consumista no nos deja ver la verdadera felicidad. Si hubiera una maquina del tiempo para volver hace mil años atrás, mucha gente de seguro seria infeliz sin la tecnologia actual, la crisis de valores actual, de valorar las cosas mas sencillas nos esta hacieno infelices.

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