El estrés pascuero es muy típico de estos tiempos. Saber de dónde viene nos ayuda a evitar que se estacione en nosotros.
Cada uno tiene una forma diferente de disfrutar las Pascuas Navideñas. Lo malo es que muchas personas quieren hacer que el otro disfrute a su manera y no lo deja disfrutar a la de él.
Las Navidades también conllevan gastos, estrés, falta de tiempo, compromisos, obligaciones y muchos malos ratos.
Respetar a los demás es una de las mejores formas de evitar el estrés pascuero y de hacerlos disfrutar, ya que podrán elegir su manera de regocijarse. No obliguemos ni hagamos que las personas se sientan obligadas a hacer algo, a ir a algún lugar, a cumplir compromisos. Trato de hacer invitaciones, pero no hacer sentir mal al que no puede o no quiere asistir.
Muchas veces, el estrés lo construimos nosotros no sabiendo decir que no: No a invitaciones que nos ponen en compromiso, no a compromisos que nos causan estrés, no a personas con las que no nos gusta compartir, no a regalar cosas o a personas que no nos interesan, no a gastar el dinero que no tenemos o que podemos utilizar de una mejor manera.
Las mejores fiestas:
Pueden pasarse en la intimidad de un buen grupo de amigos, de la familia, de allegados, etc. Los mejores momentos no tienen que ser caros, deben ser agradables.
El mejor enero se pasa cuando el diciembre no representó excesos. Cuando nuestras finanzas no quedaron comprometidas, cuando nuestro cuerpo con cambió de peso, cuando nuestra salud no queda expuesta, cuando nuestra integridad física queda intacta, cuando no perdemos a ningún ser querido… principalmente por causa de algún exceso.
Disfrutar las fiestas no debe ser sinónimo de gastos, de excesos, de obligaciones, de compromisos, de estrés. Disfrutar es todo lo contrario, es sentirse bien, en diciembre, en enero, y el en resto del año… como enseño en mi libro Migomismo.
¡FELICES FIESTAS!
FRASE DE LA SEMANA
“Disfruto cuando yo quiero; no cuando los otros me sugieran”.
Diego Sosa